La prevención de las agresiones sexuales

 La prevención de las agresiones sexuales 





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Parte 1: Comprendiendo la Agresión Sexual

1. ¿Qué es la agresión sexual?
La agresión sexual se define como cualquier acto sexual o intento de obtener un acto sexual mediante coerción por parte de cualquier persona, independientemente de su relación con la víctima, en cualquier ámbito. La clave central de la agresión sexual es la ausencia de consentimiento libre y voluntario. Esto significa que:
  • No hay un "sí" claro, consciente y revocable: El consentimiento debe ser explícito, informado y entusiasta. El silencio, la pasividad, el miedo, la intimidación, el abuso de una posición de poder, o la incapacidad de la víctima para resistir (debido a la edad, discapacidad, inconsciencia, intoxicación, etc.) no son consentimiento.
  • Implica coerción: Esta coerción puede ser física (fuerza, amenaza de fuerza, restricción), psicológica (chantaje emocional, manipulación, intimidación, amenazas a terceros), o aprovecharse de una situación de vulnerabilidad o dependencia.
  • Va más allá del contacto físico: Incluye actos no penetrativos como tocamientos no deseados, exposición forzada, o la inducción a presenciar actos sexuales.
  •  Incluye la explotación y el abuso: Como el abuso sexual infantil, la trata con fines de explotación sexual, o la prostitución forzada.
  • Es importante entender que la agresión sexual no se trata de sexo, sino de poder, control y violencia.
2. ¿Cuáles son las consecuencias de la agresión sexual?
Las repercusiones de una agresión sexual son profundas y a menudo perdurables, afectando todas las esferas de la vida de la víctima. Las consecuencias se pueden manifestar en el corto y largo plazo:

 Físicas:
  •   Lesiones: Contusiones, laceraciones, fracturas, sangrado interno o externo.
  • Infecciones de Transmisión Sexual (ITS): Riesgo elevado de contraer ITS, incluyendo VIH.
  • Embarazo no deseado: Con el trauma añadido de decidir sobre el embarazo resultante de la agresión.
  • Dolor crónico: Síndromes de dolor pélvico o generalizado, fibromialgia.
  • Problemas gastrointestinales y ginecológicos: Síndrome del intestino irritable, problemas menstruales.
  • Trastornos del sueño: Insomnio, pesadillas recurrentes.
 Psicológicas y Emocionales:
  • Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): Reexperimentación del trauma (flashbacks, pesadillas), evitación de recuerdos o situaciones relacionadas, hiperactivación (irritabilidad, insomnio, dificultad para concentrarse).
  •  Depresión Mayor y Trastornos de Ansiedad: Sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza, ataques de pánico, ansiedad generalizada, fobias.
  • Sentimientos de culpa, vergüenza y auto-recriminación: A pesar de que la responsabilidad es del agresor, muchas víctimas internalizan la culpa debido al estigma social.
  •  Baja autoestima e imagen corporal negativa: Sentimientos de desvalorización y vergüenza del propio cuerpo.
  • Disociación: Desconexión de la realidad o del propio cuerpo como mecanismo de defensa.
  • Pensamientos suicidas o autolesiones: Como formas de manejar el dolor insoportable.
  • Miedo y paranoia: Dificultad para sentirse seguro en cualquier entorno.
 Sociales y Relacionales:
  • Dificultad para confiar en otros: Especialmente en relaciones íntimas, con miedo a la intimidad o al contacto físico.
  • Aislamiento social: Retraimiento de amigos y familiares, dificultad para participar en actividades sociales.
  • Problemas en relaciones interpersonales: Conflictos, dificultad para establecer límites sanos.
  • Problemas laborales o académicos: Dificultad para concentrarse, ausentismo, disminución del rendimiento.
  • Estigmatización: Sentimiento de ser juzgado o culpado por la sociedad.
3. ¿Quiénes pueden ser víctimas de agresión sexual?
Cualquier persona puede ser víctima de agresión sexual. Sin embargo, existen patrones y grupos que, debido a factores de vulnerabilidad o dinámicas de poder, son estadísticamente más afectados:
  • Mujeres y niñas: Son desproporcionadamente las víctimas, reflejo de las desigualdades de género y las estructuras patriarcales.
  • Niñas, niños y adolescentes: Son extremadamente vulnerables debido a su dependencia, inmadurez y las dinámicas de poder con los adultos. El agresor suele ser alguien de su círculo de confianza (familiar, cuidador, maestro).
  •  Personas con discapacidad: Pueden ser blanco de agresores debido a su mayor dependencia, dificultades de comunicación o percepción errónea de que serán menos creíbles.
  • Personas mayores: Especialmente aquellas con dependencia física o cognitiva.
  • Miembros de la comunidad LGBTQ+: A menudo enfrentan mayores riesgos de agresión y acoso sexual, exacerbados por la discriminación y la falta de apoyo.
  • Personas en contextos de vulnerabilidad: Migrantes, refugiados, personas en situación de pobreza extrema, personas privadas de libertad, personas en zonas de conflicto o desastre, donde las estructuras de protección pueden ser débiles.
  • Hombres y niños: Si bien son menos representados en las estadísticas, los hombres y niños también son víctimas de agresión sexual y a menudo enfrentan barreras adicionales para denunciar debido a estigmas de género.
4. ¿Por qué las víctimas de agresión sexual (incluyendo niñas y niños) callan?
El silencio de las víctimas es una de las mayores barreras para abordar la agresión sexual. Las razones son complejas y se entrelazan con el miedo, la vergüenza y la manipulación:
  • Miedo al agresor: Si el agresor es alguien en una posición de poder (familiar, figura de autoridad), la víctima teme represalias, amenazas, o que dañe a otros seres queridos.
  • Miedo a no ser creído/a: Especialmente en el caso de niños o personas con discapacidad, existe el temor de que su testimonio sea desestimado o considerado fantasía.
  • Vergüenza y culpa: A pesar de ser la víctima, el estigma social y la manipulación del agresor a menudo llevan a la víctima a sentir vergüenza y a internalizar la culpa.
  •  Confusión y manipulación: Los agresores suelen manipular a la víctima con promesas, regalos, o amenazas de que será "su secreto". En el caso de niños, pueden no entender la gravedad o que lo que ocurre está mal.
  •  Amenazas directas: El agresor puede amenazar con dañar a la víctima, a su familia, o revelar información personal si se denuncia.
  • Aislamiento: El agresor puede aislar a la víctima de su red de apoyo para que no tenga a quién contarle.
  • Dependencia: Si la víctima depende económicamente o emocionalmente del agresor, el miedo a perder ese soporte puede ser paralizante.
  • Falta de información: No saber dónde ni cómo denunciar, o a quién recurrir.
  • Trauma: El trauma en sí mismo puede dificultar la capacidad de procesar y relatar los eventos.

Parte 2: Prevención y Respuesta ante la Agresión Sexual

1. Rol del docente, directivo o personal administrativo de las instituciones educativas frente a la agresión sexual.
Las instituciones educativas son entornos clave para la prevención y detección de la agresión sexual, especialmente en niños y adolescentes. Su rol es fundamental:
  • Creación de un ambiente seguro y de confianza: Establecer una cultura escolar donde los estudiantes se sientan seguros, escuchados y sepan que sus preocupaciones serán tomadas en serio.
  • Programas de educación sexual integral: Implementar currículos apropiados para la edad que aborden el consentimiento, los límites corporales, las relaciones saludables, el respeto y la identificación de situaciones de riesgo.
  • Capacitación constante del personal: Asegurar que todo el personal (docentes, directivos, administrativos, personal de limpieza, conductores) esté capacitado para reconocer las señales de agresión sexual, saber cómo responder a una divulgación y entender sus obligaciones de denuncia.
  • Políticas claras de "tolerancia cero": Tener y comunicar políticas estrictas contra el acoso y la agresión sexual por parte de cualquier miembro de la comunidad educativa (estudiantes, personal, padres).
  •  Protocolos de denuncia accesibles y confidenciales: Establecer canales claros y seguros para que estudiantes o terceros puedan denunciar una agresión, asegurando la confidencialidad y la protección de la víctima.
  • Derivación a servicios especializados: Conocer y colaborar con redes de apoyo externas (psicólogos, médicos, abogados, servicios de protección de la infancia) para garantizar una atención integral a la víctima.
  • Denuncia obligatoria a las autoridades: Cumplir estrictamente con la legislación ecuatoriana que obliga a los profesionales de la educación a denunciar cualquier sospecha o confirmación de abuso sexual infantil a la Fiscalía.

2. Rol de padres, madres y representantes legales frente a la agresión sexual.



Los padres, madres y tutores tienen un papel irremplazable en la protección de los niños y adolescentes contra la agresión sexual:
  • Comunicación abierta y empática: Fomentar un ambiente donde los hijos se sientan cómodos hablando de cualquier tema, incluyendo sus cuerpos y sus sentimientos, sin miedo a ser juzgados.
  • Enseñar autonomía corporal y límites: Desde la primera infancia, enseñar a los niños que su cuerpo les pertenece, que tienen derecho a decir "no" a toques no deseados, y a diferenciar entre "secretos buenos" y "secretos malos"
  • Escucha activa y validación: Si un hijo o hija se acerca para hablar de algo incómodo o traumático, escuchar sin interrupciones, validar sus sentimientos ("te creo", "siento mucho que esto te haya pasado") y evitar culparlos.
  • Observar cambios en el comportamiento: Estar atentos a cambios inusuales en el comportamiento, el estado de ánimo, los hábitos de sueño o alimentación, el rendimiento escolar, o si el niño se vuelve retraído o demasiado apegado.
  • Establecer un círculo de confianza: Ayudar al niño a identificar al menos dos o tres adultos de confianza (además de los padres) a quienes pueda recurrir si se siente en peligro.
  • Monitoreo y supervisión apropiada: Conocer con quién interactúan los hijos, tanto en persona como en línea, y supervisar el uso de dispositivos electrónicos de manera responsable.
  •  Actuar sin demora: Si hay una sospecha o una denuncia, tomarla con la máxima seriedad. Buscar ayuda profesional de inmediato y denunciar a las autoridades competentes.

3. ¿Qué hacer si usted es una niña, niño o adolescente víctima de agresión sexual?
Si eres tú quien ha sufrido una agresión sexual, o conoces a alguien que la ha sufrido:
  • No es tu culpa: Es fundamental que sepas que lo que te pasó no es tu culpa bajo ninguna circunstancia. La única persona responsable es quien te agredió.
  • Rompe el silencio: Hablar es el primer y más importante paso. Busca a un adulto en quien confíes plenamente: un padre, una madre, un familiar, un maestro, un consejero escolar, un médico, un sacerdote, un policía. No tienes que cargar con esto solo/a.
  • Cree en ti mismo/a: Lo que viviste es real. No importa lo que el agresor te haya dicho o cómo te haya manipulado. Tu voz es importante.
  • Busca un lugar seguro: Si te sientes en peligro o incómodo/a cerca del agresor, trata de ir a un lugar donde te sientas a salvo.
  • No te laves ni cambies de ropa inmediatamente (si es posible): Si la agresión acaba de ocurrir y tu seguridad no se ve comprometida, trata de no ducharte, cambiarte de ropa o limpiar el área afectada antes de buscar ayuda médica o policial, ya que esto podría preservar pruebas importantes. Sin embargo, tu bienestar y seguridad son siempre la prioridad.
  • Pide ayuda profesional: Hay personas que saben cómo ayudarte: psicólogos que te apoyarán emocionalmente, médicos que cuidarán de tu salud, y abogados que te guiarán en el proceso legal.
  • Denuncia: Contar lo que pasó a las autoridades es esencial para que se haga justicia y para proteger a otras personas. En Ecuador, puedes ir a la Fiscalía, la policía o buscar ayuda en centros especializados.

4. ¿Qué hacer para denunciar una situación de agresión sexual en Ecuador?
Denunciar es un acto de valentía crucial para iniciar el proceso de justicia y para que la víctima pueda comenzar su camino de sanación. En Ecuador, los pasos para denunciar una agresión sexual incluyen:
  •  Acudir a la Fiscalía General del Estado: Es la institución principal encargada de investigar los delitos. Puedes ir a la Fiscalía más cercana a tu domicilio y presentar la denuncia de forma oral o escrita. No necesitas un abogado para iniciar la denuncia, pero es recomendable contar con uno para el seguimiento.
  • Policía Nacional: Puedes acercarte a cualquier Unidad de Policía Comunitaria (UPC) o a la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (DINAPEN) si la víctima es menor. La policía tomará tu testimonio y lo derivará a la Fiscalía.
  • Unidades Judiciales Especializadas en Violencia contra la Mujer y la Familia (UJVYMF): En estas unidades, ubicadas en varias ciudades del país, encontrarás personal capacitado para atender casos de violencia de género, incluyendo la agresión sexual, y se iniciarán los trámites judiciales correspondientes.
  • Servicios de Protección de Derechos: Instituciones como el Consejo de Protección de Derechos, la Defensoría del Pueblo o las Juntas Cantonales de Protección de Derechos pueden ofrecer asesoramiento y acompañamiento en el proceso de denuncia y acceso a servicios de apoyo.
  • Centros de Salud y Hospitales: Si la agresión ha ocurrido recientemente, es vital acudir a un centro de salud u hospital para recibir atención médica (pruebas para ITS, embarazo, recolección de pruebas forenses). El personal médico tiene la obligación de notificar a las autoridades en casos de agresión sexual, especialmente si la víctima es menor.

Consideraciones importantes al denunciar:

  • Priorizar la seguridad y el bienestar de la víctima: Asegurar que la víctima esté en un lugar seguro y reciba apoyo emocional inmediato.
  • Preservación de pruebas: Si la agresión es reciente, es crucial evitar lavarse, cambiarse de ropa o limpiar la escena hasta después de la recolección de pruebas forenses por parte de personal especializado.
  • Acompañamiento: Es fundamental que la víctima esté acompañada por una persona de confianza (familiar, amigo, profesional de apoyo) durante todo el proceso de denuncia, que puede ser largo y emocionalmente desgastante.
  • Confidencialidad y trato digno: Las autoridades tienen la obligación de garantizar un trato digno, respetuoso y confidencial a la víctima en todo momento.
  • Apoyo psicológico y legal: Es altamente recomendable que la víctima reciba apoyo psicológico durante y después del proceso de denuncia para su recuperación. Un abogado puede brindar asesoramiento legal especializado.
La agresión sexual es un crimen grave que tiene consecuencias devastadoras. La sensibilización, la educación sobre el consentimiento, el apoyo a las víctimas y la persecución de los agresores son pasos esenciales para construir una sociedad libre de violencia sexual.







REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ministerio de Educación . (03 de Octubre de 2018). Ministerio de Educación . Obtenido de Ministerio de Educación : https://educacion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2018/10/Guia-Super-Profes.pdf 

¿Cómo apoyo a alguien que ha sufrido una agresión sexual? (s/f). 1800RESPECT. Recuperado el 28 de junio de 2025, de https://www.1800respect.org.au/languages/spanish-what-is-1800respect/spanish-how-do-i-support-someone-who-has-been-sexually-assaulted

Unicef. (19 de junio de 2017). Unicef. Obtenido de Unicef: https://www.unicef.org/argentina/sites/unicef.org.argentina/files/2018-04/proteccion-AbusoSexual_contra_NNyA-2016.pdf



Elaborado por Sarbia Domínguez Genesis Priscila

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